jueves, 15 de junio de 2017

Siempre gris. Parte IV

Oscuridad completa, soledad, silencio.
 Se calma el llanto,
El cuerpo tendido ya sin hacer fuerza
Sin tono.
La cara suelta, aún húmeda.
Un instante atrapado .
El pensamiento ruidoso, constante,
El que le habla a otros que no están
El que siente que está dando explicaciones
Se detiene.
 Y Ahí… me encontré.
Y la certeza de entender que 
mi vida era eso,nada más.
Me trajo paz.
Comprendí que el dolor
Resultaba de mi resistencia a creerlo
De mis ganas de vivir y ser feliz
De mis ganas de resolver las cosas
Y la oposición a lo que demuestra lo contrario
Fatiga.

Chau dolor.

Siempre Gris. Parte III

Me tuve que ver.
Se escapó esa parte oculta 
que no se puede querer
En solo un instante,
Tomó el control
 y destrozó trabajosos disfraces.
Vi el sucio espejo del alma
El ser entero,
Se deslucen la sonrisa y la ternura
por lágrimas y silencios.
 No pude creer eso que soy
Mostré el intenso negro 
que le roba las miradas al color
Miradas que se deforman a rechazo.
Supe una vez que una pizca de luz termina con cualquier oscuridad.
Pero  no funciona en las personas
No tengo destello
 que absuelva mi resto.
Soledad, insulsa y aburrida
 pero segura.
Sin vos fui un fiasco,
 me convertí
En una atracción dramática de circo
Mientras más espectadores llegan
 más me expongo
Se arma la carpa de la vergüenza .
Lugar muy bien conocido.
El miedo cubre todo
 ya no veo otra cosa.
Mi cuerpo se torna insoportable
Se desparrama el temblor del pecho
Se difunde la tensión de la garganta,
Mis latidos tocan una canción triste
 Tan presente, tan fuerte 
que ya no escucho otra cosa.


Daira Bernhardt

Siempre gris. Parte II

La luna se hace cargo del firmamento 
se apaga el bullicio que me entretuvo todo el día.
En ese silencio súbito, la vuelvo a sentir.
Sigue adentro mío. 
 Tan agresiva como siempre
 -ya tengo escaras por su culpa- 
tan inmensa como siempre.

Es el bebé que parí y crié, 
pero rechazo con todo mi cuerpo,
con todo el cuerpo que la contiene. 
Es mía, no una parte de mí. 

Siempre presente y aferrada.
Eso me hace dudar,
 pero la siento y la vivo como ajena,
me esperanza que alguna vez vaya a desaparecer.

Ay, puta soledad.
 Late una vez y otra vez, punzante. 
Qué habrán hecho los demás para evitar engendrarla.
Nadie me conoce, nadie vió dentro de mí. 

No existe un otro que me complete,
 que llene el vacío de existir sin un reconocimiento.
Ya está la luna mirando.
Hora de terminar las conversaciones tapete.

Sacarme la máscara que se arma contra mi voluntad.
Enfrentarme a mi yo real y a esa soledad tan mía.
Quiero romper el continente y gritarles,
 que me adopten, que me acepten , QUE ME QUIERAN.

Ay, putas ganas de sentirme querida.


Siempre gris. Parte I

Al gris insulso del día
y al ruido incordioso de la lluvia
los completa un espejo que refleja
 una cara regordeta
trabajada en una piel grisácea (como este cielo)
y árida (como mis pensamientos.)
hoy por demás grasosa,
con una nariz central grotesca
acorralada por dos ojos caídos,
 sin gracia, apagados y ojerosos.

La boca,
kilometros mas abajo de donde correspondería,
con su anatomía asexuada y su tamaño despreciable
 intenta una sonrisa
que queda en una mueca  espantosa.
Todo el figurín rodeado por una melena indomable
 como siempre (con múltiples estrategias de huida),
electrificada. 

Sí.
Así esta mi día que recién comienza.

Así, mis ganas de mostrarme al mundo.